Esta entrada explica diversas formas de atar los cordones en la espalda de un corsé y algunos consejos para conseguir el mejor resultado y además alargar la vida de tu corsé.
Lo primero, hablemos de los cordones. El cierre trasero de un corsé puede llevar como cordón cinta de raso de doble cara o cordón plano de algodón por lo general. La elección depende, en su mayor medida, de la estética y la preferencia del maestro corsetero ya que ambos son, normalmente, resistentes y duraderos. Podemos apreciar la diferencia entre estos tipos de lazo en la imagen superior. El corsé verde de la izquierda, creado por Electra Designs lleva lazo de raso, mientras que el corsé azul del centro (un ejemplar del siglo XIX) está ajustado con un cordón plano y el corsé rosa de Madame Sher, a derecha, lleva cola de ratón para cerrar la espalda.
El tipo de cordón no debe ser confundico con el estilo o la técnica de cierre (cómo se pasa el cordón por los ojetes o hebillas de cordón de la espalda para ajustar la prenda). El estilo puede depender también de la preferencia del artesano, aunque quien se vaya a poner el corsé puede cambiar la posición de los cordones para ajustarlos a sus necesidades. Sin embargo, es preciso anotar que la corsetería histórica debería estar ajustada acorde con su época. Por ejemplo, un corsé del siglo XVII no debería cerrarse igual que un corsé victoriano o eduardiano. De todas maneras, los estilos propuestos en esta entrada son los que se utilizan actualmente para la corsetería contemporánea.
1º: Una de las maneras más comunes de colocar los cordones es la que queda reflejada en la página web de Evening Arwen. El estilo presentado aquí es la forma victoriana clásica de acordonar un corsé. Para ello, las cintas empiezan a colocarse en el extremo superior de los paneles traseros y forman unos bucles a la altura de la cintura ("orejas de conejo", como se les llama popularmente): estos bucles ayudan a quien lleve el corsé puesto a abrocharse él mismo el corsé tirando de ellos, que colocan fácilmente la mayor tensión en el área de la cintura para conseguir un ceñido perfecto.
2º: Otra manera muy popular de lazada es la que explica Electra Designs. Esta técnica, como la anterior, también empieza desde arriba y coloca bucles en la cintura, aunque en esta ocasión los bucles quedan invertidos para crear un cruce extra en la cintura. Estos bucles invertidos en realidad sirven para que las cintas no resbalen mientras se está ajustando la prenda, además de ser un método mucho más seguro.
3º: El último tipo que se presenta es también muy común, aunque personalmente considero que es el menos apropiado para la corsetería. Este corsé de Bibian Blue muestra esta técnica que comienza o bien desde arriba o bien desde abajo (en el ejemplo presentado los lazos nacen de la parte inferior y se rematan sus extremos en la parte superior). No hay bucles en la cintura y los cordones se asemejan más a los de los zapatos.
Recomiendo tanto el primer como el segundo modo, ya que los bucles de la cintura ayudan a ajustar esa zona lo que es en realidad el objetivo del corsé.
Ahora que sabemos un poco más acerca de cordones y cómo colocarlos, ¿cómo nos ponemos el corsé?
1- Lo primero, asegúrate de que los cordones están lo suficientemente flojos como para colocar el corsé alrededor de tu cuerpo sin necesidad de tensarlo. Esto evitará que el cierre frontal sufra tensión excesiva (no importa que sea una cremallera, un busk o cierre corsetero, ganchos... Si el cierre frontal es también un cierre acordonado, quizá necesites aflojar un poco estos lazos también). Cuando un corsé no lleva cierre frontal, los cordones a la espalda deberían estar lo bastante aflojados como para permitir ponerse el corsé sin tensión y de la misma manera que nos pondríamos una camiseta. Si las cintas son muy cortas para ponerlo así, entonces deshaz una parte del acordonado hasta que puedas introducirte cómodamente. Una vez puesto, vuelve a pasar los cordones por donde los hayas tenido que sacar antes de ir al siguiente paso. Después de colocar el corsé alrededor del cuerpo, cierra la parte frontal. Si es un busk, asegúrate de comenzar enganchando el segundo o tercer botón para repartir la tensión, y luego continúa en orden con los demás botones.
2- Tienes puesto el corsé flojo: es el momento de tirar de los cordones. Puedes hacerlo tú mismo (puedes ayudarte de un espejo) o pedir que te ayude alguien. De cualquier manera la manera de hacerlo es la misma. Empieza tirando de los bucles de la cintura hasta que veas que las cintas adyacentes se tensan. Ahora, empieza a ajustar desde arriba hacia el medio, y luego desde abajo hacia el medio como si fuera un zapato, asegurándote de que la cinta que vaya sobrando la vayas pasando a los bucles de la cintura haciéndolos cada vez más largos. Repite este proceso hasta que notes la presión del corsé, procurando que la tensión vaya repartida a lo largo de toda la prenda de forma que las ballenas que enmarcan los ojetes de los cordones vayan lo más paralelos y verticales posible (esto evitará daños en la estructura del cierre). La presión del corsé debe ser cómoda y permitir una respiración normal. Si sientes dolor o incomodidad, afloja un poco las cintas hasta que te notes cómodo. ¡¡Cuidado!! Procuera que el proceso de ajuste sea lento y progresivo, no hay ninguna necesidad de apresurarse. La excesiva presión de un corsé en un periodo muy corto de tiempo puede causar lesiones si no escuchas a tu cuerpo y lo que éste necesita. Durante el proceso, ayúdate de estiramientos, pliégate y busca la postura cómoda dentro de la prenda para un mejor resultado.
3- Una vez ajustado tira de nuevo de los bucles para conseguir un ajuste perfecto y átalos con una lazada sencilla. Es aconsejable dejar los extremos libres de la lazada ligeramente más largos para facilitar el momento de deshacerla: no es la primera vez que tiro del extremo equivocado y hago un nudo de las cintas, lo que no es muy deseable cuando necesitas quitarte el corsé rápido.
Truco: Alrededor de media hora después de haberte puesto el corsé, tu cuerpo se ha acostumbrado a la presión, de modo que puedes apretar un poco más. Presta atención a lo que tu cuerpo te pide: si no sientes que puedas ceñirlo más porque sabes que te resultará molesto o incluso doloroso, sáltate este paso. La comodidad y la paciencia son esenciales cuando se usa corsé.
Os dejo un enlace a un vídeo de Lucy/Bishonenrancher poniéndose un corsé con el primer tipo de acordonado (bucles u orejas de conejo) para aclarar los pasos anteriores; y éste es otro vídeo suyo ajustándose un corsé con el segundo tipo de acordonado (bucles invertidos). Si tu corsé se ajusta de la tercera forma, entonces este otro vídeo de Lucy/Bishonenrancher te ayudará a ajustarlo.
¿Y ahora cómo me quito el corsé? Muy sencillo: sigue los mismos pasos que al ajustarlo sólo que a la inversa: empieza deshaciendo la lazada de los bucles, vete aflojando lazos un poco de arriba y un poco de abajo, tantas veces como sea necesario para mantener las ballenas adyacentes paralelas, y cuando el corsé esté bien flojo desabrocha el cierre frontal (recuerda: si es un busk el segundo o tercer botón es el último en desenganchar).
¡Feliz encorsetamiento!
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